miércoles, 4 de febrero de 2009

Érase una vez....

Erase una vez una princesita que llevaba semanas intentando encontrar un hueco para comprarse una cremita hidratante para la cara. Pasaban los días y pensaba si seguir con aquella que llevaba utilizando hacía ya años o pasar a otra más económica. Esperando, llegó el día en el que se decidió apostar por la de siempre, ajustando hasta el último céntimo. Cuando llegó al establecimiento, preguntó por esta marca y le buscaron rápidamente el envase. Una vez hecho esto, la dependienta la miró, observó y palpó para acabar diciendo: tendrías que aplicar una reafirmante, le vendría bien a tu cara...la piel grasa, ya se sabe no te da arrugas nunca pero....te da flacidez. La princesita puso el ceño y torció la boca hacia un lado, expresando duda y desconcierto a la vez: ¿la bruja de este cuento me está diciendo que necesito otra crema más, con el correspondiente desembolso o me está insultando?. Pensó, nunca me dijeron que gastase más y que mi cara iba contra la ley de la gravedad de una forma tan sutil. La princesita pensó y decidió comprar aquello a por lo que iba, decidió preguntarle al espejito mágico cómo la veía y decidió traerle una manzana (podrída?) a la bruja mala del cuento. En cuanto a la flacidez, la princesita está en la treintena y la observará y la tratará como y cuando lo vea conveniente.
Colorín colorado...este cuento se ha acabado.

1 comentario:

Anónimo dijo...

jajaja, ami sacaron casi 200 euros en cremas!!!